La materialidad corporificada de las relaciones entre seres humanos y no humanos: consideraciones a partir de las obras de Marília Floôr Kosby y Soledad Castresana

Resumen

Las obras Mugido [ou diário de uma doula], de la poeta brasileña Marília Floôr Kosby (2017), y Carneada, de la poeta argentina Soledad Castresana (2007), aceptan tanto la indeterminación de la vida que comienza como con la inevitabilidad de la muerte, sin eludir el cuestionamiento sobre nuestra responsabilidad y participación en sistemas de dominación, reduccionismo y expropiación. Al cuestionar la separación entre humano y animal, que organiza la forma en que vivimos, tomando el mundo y los demás seres vivos como recursos, las poetas nos invitan a reflexionar también sobre las relaciones de género, en las cuales el orden patriarcal separa y jerarquiza a hombres y mujeres, acercándolas a los seres no humanos. Los poemas nos piden que los habitemos como cuerpo — carne — y nos enfrentan a la relación con la muerte y la violencia, pero también a los dolores y alegrías de quienes generan vida, a la multiplicación de un amor multiespecífico que prolifera entre hembras inespecíficas. La reflexión propuesta aquí busca establecer un diálogo entre los dos poemarios mencionados y la investigación de Raj Patel e Jason Moore (2017), Vinciane Despret (2021) y Donna Haraway (2022), así como otras autoras y autores, que señalan horizontes para vivir bien y morir con dignidad, convocándonos a la desarticulación, en una comunicación siempre imprevista, pero profusa de significados.